Acerca de sus estudios en la capital francesa es poco lo que se sabe. En 1824, por razones políticas hubo de expatriarse, eligiendo desde entonces a Colombia como segunda patria.
Alejandro Próspero Reverend llega a América
El 24 de julio de 1824 llegó Alejandro Próspero Reverend a Santa Marta, lugar donde se radicó.
A los pocos meses, fue nombrado por el Ayuntamiento: médico de la ciudad a condición de que se incorporara a la Facultad de Medicina Nacional. Lo que hizo en 1825 al presentar exámenes en la Universidad de Cartagena. Su jurado estuvo compuesto por los doctores Dionisio Araujo, Juan Manuel Vega e Ignacio Carreño, tras lo cual se le expidió credencial para el libre ejercicio de la profesión en la República.
De regreso a Santa Marta tomó posesión del cargo de Médico de ciudad e instaló un negocio farmacéutico. Antes de conocer al Libertador, desempeñó los cargos de miembro de la Junta de Sanidad de la provincia y Médico Cirujano del hospital militar; en 1830 el general Mariano Montilla lo utilizó provisionalmente como Cirujano Mayor del ejército republicano en ocasión de la revuelta de Río Hacha.
En 1846, Reverend fracasó, primero ante el Presidente de Colombia y luego ante el Congreso de Venezuela, en la búsqueda del reconocimiento de dicho título. El general Mariano Montilla fue quien llamó a Reverend para que se encargara de la asistencia del Libertador, tan pronto éste desembarcó en Santa Marta, la noche del 1 de diciembre de 1830.
Los últimos días del Libertador
De acuerdo con los testimonios de la época, los 17 días previos a la muerte del Libertador, fueron de entrega total por parte del médico francés, no aceptando remuneraciones de ningún tipo.
Los 33 boletines redactados por Alejandro Próspero Reverend y el protocolo de la autopsia, constituyen el único testimonio histórico y médico de la enfermedad y muerte de Simón Bolívar, causada según su opinión por \»Tisis Pulmonar\».
Luego de la muerte del Libertador, Alejandro Próspero Reverend pasó en Colombia el resto de su vida. Ya octogenario, vivió algún tiempo en París. En 1842, participó en la identificación de los restos del Libertador, cuando fueron trasladados a Caracas.
Fue por decreto del Congreso de Venezuela firmado por el entonces presidente Juan Crisóstomo Falcón, le fue otorgado en 1867; una medalla de oro y diamantes, un donativo de 10.000 pesos y el disfrute de por vida, del sueldo íntegro de Cirujano Mayor del Ejército Libertador.
En 1874, el presidente Antonio Guzmán Blanco, lo invitó a Caracas, y junto con otro reconocimiento pecuniario, le expidió el Diploma de Ilustre Prócer de la Independencia y lo condecoró con el Busto del Libertador; en retribución, Reverend obsequió a Venezuela el nódulo calcáreo encontrado por él en el pulmón izquierdo, durante la autopsia del Libertador.
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