Un discurso tiene la organización específica que transmite niveles de orientación, los cuales podemos ejemplificarlos como la estructura esquelética que necesita el orador.
Cuando hablamos frente a un público por primera vez lo calificamos como una tarea terrorífica. Muchas personas, aunque lo hacen en reiteradas ocasiones, no se acostumbran nunca.
En ninguna etapa de nuestra formación nos enseñaron a ser oradores. Y no resulta difícil. Solo debes seguir una serie de normas y sobre todo darle una estructura efectiva a tu discurso para que pueda atrapar e impactar a tu audiencia.
Por lo que el esqueleto del discurso es el conjunto de organizaciones que un orador lleva a cabo en su conferencia, esta estructura lleva niveles básicos que asegura la estabilidad del discurso como los cartílago que protegen los tejidos blandos de nuestros cuerpos, es así de fuerte tener en cuenta el proceso.
Estructura tu discurso
Hay autores que definen la estructura del discurso extensa; sin embargo, hay otros que hacen que la misma sea básica, con solo tres componentes:
• Introducción.
• Desarrollo, nudo o planteamiento.
• Cierre, conclusión o desenlace.
Cuando nos referimos a la introducción de un discurso solemos exponer los objetivos motivando a la audiencia. Esta es una parte fundamental del discurso, porque logras enganchar al público y lo involucras para que no desvíe su atención. Algunas formas que se pueden utilizar para iniciar el discurso de forma impactante son las siguientes:
• Contar una historia o anécdota cautivadora.
• Realizar una pregunta retórica.
• Indicar un dato llamativo.
• Usar una cita poderosa y convincente.
• Mostrar una foto cautivadora.
• Reproducir un vídeo corto.
El desarrollo no es más que la parte central del discurso, en la cual se trata el tema con profundidad. Se usan innumerables técnicas, el uso:
• Datos.
• Cifras.
• Citas de autores.
• Figuras retóricas.
Para continuar con el interés del público. Aquí queda demostrado el conocimiento que tiene el orador sobre el tema.
Y, por último, pero no por eso es menos importante, tenemos el cierre: como su nombre lo indica, es el final del discurso, donde se resumen los puntos principales del discurso, destacando sus elementos claves. Por lo general se aconseja utilizar un llamado de atención, una frase o cita de algún autor que invite a los asistentes a reflexionar sobre el tema.
¿Quieres lograr discursos fascinantes que atrapen y atraigan a tu audiencia? Conoce las técnicas más relevantes del discurso y conviértete en un gran orador.
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