Los principios que nutren una atmósfera creativa constituyen un fenómeno psicosocial muy complejo y rico. Es el termómetro que nos indica si el clima es cordial u hostil, frío o cálido, creativo o tradicional reflexivo o irreflexivo, armonioso o desequilibrado. En este instante interesa hacer referencia a los principios que pueden ayudar o no a crear un adecuado ambiente creativo.
Cuando hay mucho que aprender
Creando la Atmósfera Creativa
– Mostrar interés en diferentes puntos de vista aunque no esté en posesión de la idea correcta o errónea.
– Enfatizar al proceso de diálogo en torno a lo vivido en la actividad más que en el logro de una conclusión específica.
– Crear una atmósfera de ofrecer y recibir.
– Respetar cada punto de vista, tomarlo seriamente y con imparcialidad.
– Propiciar que cada quien desarrolle razones para sus opiniones o acciones.
– Mantener el clima en el cual se está construyendo el conocimiento en una dirección constructiva y productiva
– Buscar que la actividad tenga un final abierto.
– Captar la ocasión apropiada para modelar formas de preguntar reflexivas o creativas.
– Respetar el curso espontáneo de la actividad, sin forzarlo, pero orientado hacia cuestiones productivas.
– Buscar continuos ángulos de apertura sobre los temas que surgen.
– Sugerir posibles líneas de amplitud de la actividad.
– No interpretar y si acompañar al crecimiento
– Debe ser muy respetuoso de los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje y como de opiniones
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